EXTRAÑO FENÓMENO LUNAR Y QUÉ SE NECESITA PARA HACER BUENAS FOTOS Al caer la noche, el pasado día 13 de Marzo, mi hermano mandó un mensaje al chat de la familia: “los que vivís en Cáceres, mirad la luna”. Y adjuntaba una fotografía. Era algo sorprendente: alrededor de la luna había un halo luminoso. Me asomé al balcón. Logré ver la luna por muy poco, pues justo se había ocultado en lo alto de mi edificio, en el zenit, pero sacando medio cuerpo hacia fuera todavía conseguí verla. Sin tanto esfuerzo, también pude observar un enorme semicírculo a su alrededor.
Los niños justo habían acabado de cenar. Aproveché para meterlos en la cama, y les puse un audiolibro mientras comenté con mi mujer si salir a hacer fotos o quedarme confortablemente en casa, pues estaba cansado ya y tenía ganas de irme a la cama. Me quería quedar, pero sabía que si lo hacía me arrepentiría, me acordaría de esa fotografía que no tomé de ese suceso tan anómalo.
Preparé la mochila de fotografía, con tres ópticas y el trípode, di un beso a todos en casa y salí pitando a la parte Antigua de Cáceres. Tengo que decir que me resultó complejo, pues todo el conjunto histórico estaba iluminado, y aunque la luna brillaba con fuerza, a la luz de los focos de la parte antigua se perdía en gran medida el halo circular. Necesitaba un rincón oscuro, y me pateé el conjunto medieval sin encontrar un solo punto en oscuridad. Al final, tuve suerte y encontré tres “trocitos” con cierta penumbra. Comparto las fotos con vosotros de lo que me encontré. En semitinieblas, el espectáculo me maravilló, ese fenómeno extraño era algo único que nunca había contemplado, parecía una apertura en el espacio. Después me enteré que ese fenómeno se forma cuando hay cristales en las capas altas de la atmósfera, y que es inusual en las latitudes donde resido.
Al iniciar el regreso a casa, ya a media noche, cansado, helado pero contento, me puse a reflexionar sobre qué se necesita realmente para hacer buenas fotos. Es cierto que los conocimientos y el equipo marcan la diferencia, especialmente en las situaciones complejas. Pero esos dos ingredientes solo participan en la foto, por sí solos son incapaces de producir una imagen. Lo que realmente se necesita para realizar buenas fotografías, para convertir la fotografía en una parte importante y duradera en la vida de una persona, es apasionarse por ella. Detrás de las mejores fotografías hay una persona enamorada de la fotografía en sí misma, quién deja atrás su pereza, miedos, zona de confort, y supera todas las dificultades que se le presenten por el camino para conseguir la mejor imagen que pueda lograr. Perseverancia y pasión, los dos elementos fundamentales para triunfar en cualquier aspecto de nuestra vida.