A veces uno contrata a un profesional para realizar un trabajo y los resultados obtenidos nos sorprenden, para bien o para mal. Empecé a tomar las fotografías de las magníficas instalaciones del Ilustre Colegio Notarial. Iba muy mal de tiempo y lo sabía. Embelesado por la sala de juntas, pasé en esa estancia, la primera de todas, algo más de una hora, habiendo presupuestado entre dos y tres horas para realizar el trabajo completo. Pero al poco de llegar a este extraordinario salón, me vino esta idea y ya fue irrefrenable. Tardé 4 minutos con 27 segundos en obtener las imágenes que necesitaba. Mis sinceras disculpas al Ilustre Colegio Notarial, es lo que pasa cuando se contrata a un fotógrafo creativo para un trabajo inmobiliario: no podemos contenernos con lo que vemos.