Marvao es un pueblecito portugués, en la frontera con España, y cercano al lugar donde vivo (Cáceres). A pesar de su cercanía, y las similitudes entre países, encantadoras diferencias se vislumbran nada más cruzar el límite territorial: se pasa de una meseta de encinas, a una rica cubierta vegetal en un paisaje más agreste; abundan las casas con bordes pintados de colores, y todo parece mejor cuidado. Hay incluso casetas con servicios públicos donde se necesita, limpios y con agradables fragancias. Marvao en sí es una población cautivadora: está situada en el punto más alto de la sierra del lugar, lo que confiere de fabulosas vistas; es una fortaleza doblemente amurallada, con lindas casitas blancas y un castillo interesante de visitar, siendo uno de sus encantos el aljibe con techo semicircular. En mi caso, fue un viaje corto (para un fotógrafo), y con mi familia. Apenas estuvimos tres horas, pero pude tomar las fotografías que comparto a continuación. Bajo Marvao se encuentra Portagem, donde hay una piscina natural, un lugar agradable para hacer un picnic o darse un chapuzón en sus frías aguas durante la temporada de baño. Muito obrigado