Hace diez días tuve uno de mis mejores días de mi vida. Mi cliente vino de Suiza para ver –casi por primera vez en su vida (él había visto solo un pequeño borrador) – la obra que había creado para su mujer y él. La había impreso y enmarcado por mis medios y casi solo (mi hermano vino a echarme una mano en alguna ocasión), todo un reto dado que sus dimensiones son 137×227 cm. Fue tan emocionante para mí… Después me invitó, con mi mujer, a comer al mejor restaurante de Cáceres (Atrio, con dos estrellas Michelin). Hoy la obra dejará mi galería, ARTsolutely, para ser empaquetada profesionalmente y la próxima semana se la enviarán. Me siento un poco triste de perder esta creación que ha estado colgada de los muros de mi galería durante unos días, pero contengo porque pronto se enviará a su fábrica, sirviendo al propósito con el que fue concebida. Comparto una fotografía que tomé justo antes de que llegaran.